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Tropa Kildare

 
Sea tuya la duración sin tiempo
De una hora entre horas,
y la luz de un amanecer
Que irrumpe entre nubes adormiladas.
Sea tuya la fuerza del halcón,
la celeridad del rayo
y la memoria de las rocas,
Que han presenciado el principio y el fin.
Sea tuyo el canto de la brisa
que cesa pero no perece,
la paciencia del árbol, el poder nutricio de la Tierra,
El aroma de la rosa y su primer y último suspiro.
Sea tuya la noche, que ciega al cegador
y abre los ojos del cegado.
Sea tuyo el ímpetu
de la tormenta que ama sin piedad
Y la gratitud de los campos
Que se rinden ante tal Amor.
Sea tuya la inspiración del guerrero
Que no conoce la soberbia, la voz del trueno,
La luz fugaz de la centella,
la lluvia que apacigua al poeta
Y el fuego que ilumina su corazón.
Sea tuya la grandeza de aquel que ama la vida,
Pues sabe que no es más
que una brizna de polvo
en el universo.

Poesía de Montsalvad


Para hablar de dónde proviene el nombre de la Tropa Kildare, indiscutiblemente necesitamos referirnos a una de las más importantes diosas del panteón celta: Brigid, hija del dios Dagda de los Tuatha de Dannan y de quienes se habla en la Cosmogonía Celta.

Kildare es la llama sagrada de la Diosa Brigid, la "flecha o la energía ardiente", es una diosa céltica con características de triplicidad. Los tres aspectos de la diosa Brigid son: el fuego de la inspiración como patronesa de la poesía; el fuego del hogar como patronesa de curación y de la fertilidad; y el fuego de la fragua como patronesa de la forja y de las artes marciales. Ella es la madre de los artesanos.

Excalibur, la espada del rey Arturo, fue forjada por la señora del lago, una figura asociada a veces con Brigid. Brigid, que significa "quién se exalta a sí mismo", es la diosa de la llama sagrada de Kildare (derivado de "Cill Dara," que significa la "Iglesia del Roble") y se considera a menudo la representación del aspecto virginal, blanco, de la diosa triple.

Brigid como diosa:

Brigid es conocida con numerosos nombres como: Brigit, Brigantia, Brighid o Brígida y de él se deriva la palabra inglesa “bride” que significa esposa.

Se dice que Brigid tenía dos bueyes llamados "Fea" y "Feimhean" que darían su nombre a dos llanuras en el condado de "Carlow" y en "Tipperary". Ella era guardiana del "Torc Triath", rey del jabalí, quien dio nombre también a la llanura de "Treithirne", al oeste de Tipperary. Se decía que estos tres animales totémicos emitían un alarido de advertencia en el momento en que Irlanda afrontara un serio peligro.

Cuenta la historia que su madre la bañaba en leche desde el momento en que nació y que siendo niña era incapaz de digerir comida por lo que se alimentaba de la leche de una vaca blanca de orejas rojas. Razón por la cual, al hacerse Brigid adulta era acompañada siempre por una vaca de estas características y con ubres inagotables.

También se dice que otro de los nombres que ella tenía era “Cailleach” (que también es conocida como Beira -El nombre de nuestra Manada-), la diosa Anciana del Invierno que renace para convertirse paulatinamente en primavera, donde adquiere el nombre de Brigid, la novia del Sol, quien aún es frágil durante el Imbolc (fiesta celta del 2 de febrero que también fue denominada Oimelc en Escocia  y que se pueden traducir como “bolsa de manteca" u "ojo de oveja")  pero que paulatinamente va tomando más y más fuerza. Es decir que Brigid es una diosa joven, la doncella. Otra de las formas como ha sido interpretado es que Cailleach (Beira) es la madre de Brigid.

Los animales blancos con orejas rojas, en especial las vacas, son descritos por la mitología celta  como seres del otro mundo y son una de las máximas representaciones de Brigid. Lo cual nos muestra, a través de un simbolismo muy especial, que el invierno aún persiste en primavera, y que el invierno es necesario para que en primavera comiencen a germinar los nuevos brotes de la tierra: más fuertes y saludables. De esta forma Brigid es la diosa de la fertilidad, en especial del ganado y las ovejas, pues es justamente en esta época en la que se da el nacimiento de los corderos, los cuales fueron utilizados en los sacrificios durante la fiesta de Imbolc.

También a Brigid se le llamó la diosa de “la llama de la sabiduría y la inspiración”, porque una de sus funciones importantes era la poesía. En Samhain (fiesta del 1 de noviembre) a Imbolc era considerado invierno; y debido a las pocas horas de luz del día durante esta estación la comunidad o clan pasaba más tiempo alrededor del fuego (el seannachaidh o flecha ardiente) escuchando a los bardos con su poesía y cuentos.

Otro de los nombres dados a la diosa es “la llama en el corazón de todos los hogares”.  Imbolc era un festival del fuego dirigido especialmente a la casa, donde la atención en particular era prestada al fuego del hogar, razón por la que se hacían las velas necesarias para el año y se bendecían. Durante el día la lumbre de la casa era mantenida en combustión con maderas específicas para dar la bienvenida a la diosa. Por la tarde una rama o vara ("coelbreni") de fresno montano era colocada en el corazón del fuego. A la mañana siguiente, antes del amanecer, las cenizas eran comprobadas para saber si había en ellas alguna muestra de bendición por la rama o vara calcinada. Si en las cenizas aparecía algo así como la huella de un ganso o un cisne, el devenir de la familia que residía en el hogar sería muy afortunado.

Actualmente, en nuestra cultura sumergida en el catolicismo, se celebra el día 2 de febrero la fiesta de la Candelaria, La Purificación de la Virgen María, la cual tuvo justamente sus inicios en la fiesta de Imbolc de los celtas, invocando especialmente a la diosa Brigid como protagonista.

Santa Brígida o Santa Brigid de Kildare (patrona de Irlanda):

Cuenta la historia que con la llegada del cristianismo a Irlanda, dado el arraigo que tenía la diosa Brigid entre los habitantes de la isla, se cristianizó su culto y se le dio la categoría de Santa con el fin de facilitar la evangelización de los celtas irlandeses. Incluso su importancia fue tal que se le asimila a la Virgen María.

Incluso existe una leyenda que sostiene que Brígida era la hija de un posadero en Belén, y que habría ayudado a María en el parto de Jesucristo. Sin embargo, esta Brígida era una mujer diferente de la Santa Brígida irlandesa, para quien hay registros históricos, de 500 años más tarde pero su papel como comadrona encaja bien en su rol de diosa de la fecundidad.

No es mucho lo que se sabe de la vida de Brígida; existen numerosas versiones de su procedencia: en algunas se afirma que ella era hija de una pareja cristiana que acudió a San Patricio para su bautizo; otra historia afirma que su madre era esclava de un noble pagano, el cual la vendió a un druida cuando Brígida se hallaba ya en el vientre materno; pero existe una historia de la cual se afirma ser la oficial, en la que Brígida era hija de un druida que predijo la llegada del cristianismo y profetizó que ella sería “… una hija eminente y radiante, quien brillará como un sol entre las estrellas del cielo."

En cuanto a su nacimiento, también son muchas las especulaciones que existen en la tradición.  Hay quienes afirman que Brígida nació en el umbral, entre la sombra y la luz, pues su madre dio a luz al regresar con un recipiente de leche en el momento de la salida del sol, haciendo una alusión a la historia de que a la madre de la diosa Brigid bañaba en leche a su hija desde su nacimiento, así como la unión entre los 2 mundos. En otra versión, su madre intentó celebrar el nacimiento de Brígida sentándose en una piedra, la cual quedó marcada con la cabeza de la infante, razón por la que la piedra luego fue venerada.

Son muy frecuentes las historias de santos que se sientan, arrodillan o tocan de cierta forma una piedra dejando una impresión permanente. Estas piedras son llamadas “bualluns” (tazón, en irlandés) y se piensa que son símbolos pre-cristianos y posiblemente pre-célticos de fertilidad que se encuentran a menudo cerca a piedras erguidas. Estos recipientes recogen el agua de la lluvia y se les considera como pozos sagrados; hay varios a través de Irlanda consagrados a santa Brigid.

En todo caso todas las versiones tienen algo en común, Brígida desde niña lograba curar a los enfermos y multiplicaba cantidades milagrosas de leche, pan y otros alimentos.

Se dice que Brígida para vivir en oración construyó una celda bajo un gran roble, a la que le  llamó Kildare ("celda o iglesia del roble"), donde vivió en austeridad, penitencia y oración constante. Su espiritualidad atrajo a otras mujeres, posiblemente en su mayoría druidas, a imitar su ejemplo y así surgió la abadía de Kildare, de la cual Brígida fue abadesa en el año 525. En esta abadía se mantenía siempre encendida una llama, la Llama de Kildare, un fuego que siempre era mantenido en su convento.

Incluso después de su muerte, el fuego fue constantemente alimentado hasta ser extinguido durante una invasión de los normandos. Después de esto el fuego fue encendido de nuevo y se mantuvo de forma constante. Cuentan incluso que en el año 1220  un Obispo se enfrentó contra las monjas del santuario pretendiendo hacer valer una autoridad masculina, con poder, para inspeccionar el convento y regular la orden subordinándola a los órganos propios de la ortodoxia católica. Las monjas rechazaron la propuesta, proponiendo la autoridad de una nueva abadesa o cualquier otro delegado para las inspecciones siempre y cuando fuera este una mujer. Razón que hizo que el Obispo acusara a las monjas de paganismo. Sin embargo la llama fue mantenida hasta que Enrique VIII de Inglaterra ordenó que se procediera con su extinción.

Las monjas de Kildare fueron por mucho tiempo una de las instituciones religiosas más relevantes de Irlanda, con más consideración que la de los propios obispos. Incluso, es sabido también que la Santa Brígida tuvo el poder especial de designar obispos y que a su vez los inducía a prácticas de orfebrería o de tratamiento del oro.

Se dice que en la abadía, como costumbre, cada día una monja diferente se hacía cargo de mantener encendida la Llama y durante el vigésimo día de este ciclo, el fuego era milagrosamente mantenido en constante combustión por la propia santa: en la vigésima noche la décimo novena monja dejaba la leña al lado del fuego y decía: -"Brigid guarda tu fuego. Esta es tu noche". Otras fuentes sostienen que este ciclo de perpetuación del fuego era de 9 turnos.

No hace muchos años una monja recuperó esta tradición en el convento de Kildare y según parece la Llama Sagrada de Kildare ha vuelto a arder.

Actualmente Brígida no es considerada como Santa pues, en los años 60’s, el concilio Vaticano segundo revisó su cualidad de santa y estimaron que no había evidencia suficiente para otorgarle dicho grado, razón por la que fue descanonizada. Sin embargo, santa Brígida sigue siendo tan popular como san Patricio.

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