En la memoria de un país que en algún momento se llamó Céltica
Los celtas, una cultura sin paralelo que alcanzó a dominar la mayor parte de Europa pero nunca fundó imperio alguno, gustaban de vivir en armonía con la naturaleza y poseían una profunda concepción de la vida envuelta en magia y leyendas. Un pueblo de poderosos guerreros que dejaron, como legado al mundo, un rico universo de mitos y espiritualidad, haciendo un tributo a la celebración de la vida.
Su historia, de la cual se tiene referencia de que inicia aproximadamente en el año 5.000a. C., se alcanza a esbozar gracias a las descripciones que otros pueblos, como los griegos y los romanos, han dado de ellos; así como la recopilación que siglos después se hicieron de sus relatos, canciones y leyendas que eran transmitidas de forma oral, pues para ellos la escritura iba en contra de la naturaleza y la espiritualidad y sólo la palabra y su sonido eran lo importante; no obstante, para efectos comerciales, transacciones públicas y cuestiones privadas usaban el alfabeto griego.
Un pueblo descrito como practicante de la justicia, la rectitud y el amor a la libertad; de mujeres prolíficas, luchadoras y buenas madres que incitaban mucho respeto y cuyos derechos y deberes eran iguales a los de los hombres; de hombres guerreros, muy bien adiestrados en la lucha a caballo y fieros en el campo de batalla, autoritarios, apasionados, generosos y de fácil provocación; un pueblo que amaba el arte de la guerra y la sutileza de la palabra; un pueblo profundamente respetuoso y cuidadoso de la naturaleza; autores de alegres expresiones líricas, adivinanzas, enigmas y música; un pueblo sin temor a la muerte pues era creyente de la inmortalidad del alma.
Su raza no era única, pura ni homogénea, pues los celtas fueron fruto de una historia de enfrentamientos entre diferentes linajes que habitaron Europa, hasta lograr convertirse en una sola cultura compuesta por diferentes tribus.
Se dice que aquellos a quienes se les ha llamado verdaderos celtas, fueron justamente los conquistadores de los pueblos que vivían en sus territorios durante el paleolítico y el neolítico; conquistadores de esos antiguos habitantes que construyeron los menhires y dólmenes, trabajaron el bronce y poseían una tradición religiosa bastante estructurada. Los celtas impusieron su lenguaje, parte del arte y algunas tradiciones, pero tomaron de estas antiguas razas su valioso aporte religioso y ornamental.
De esta forma en la antigua Europa, siendo estratégicas las ubicaciones de Galia, España, Bretaña e Irlanda, surge una cultura única con una organización social muy marcada en la que los “verdaderos celtas” -integrantes de la aristocracia dirigente, los nobles y caballeros- y las clases sacerdotales y educadas –druidas, quienes poseían el rango más alto y privilegiado de la sociedad- dominaban a los otros pobladores aborígenes.
Sus viviendas, en medio de grandes bosques y campos, eran construidas con vigas arqueadas y paredes de mimbre aplastadas con arcilla y cal, con techo de paja. Y sólo aquellas ciudades de gran importancia eran rodeadas con muros construidos en piedra y madera como grandes fortalezas.
En cuanto al arte, los celtas acostumbraban a recoger ideas de otros pueblos con quienes se contactaban, ya fuese a través de la guerra o el comercio, y le daban su propio toque personal que convertía al objeto en algo totalmente diferente a su origen; en especial, tomaban las ideas de los griegos que producía en ellos gran fascinación.
Evitaban cualquier imitación o aproximación a las formas naturales de las plantas y del mundo animal. Es decir, que reducían todo a pura decoración, alternando curvas largas y ondulaciones con la energía concentrada de espirales juntas.
La combinación de estos elementos con pocos motivos griegos derivó todo el sistema de decoración que hoy en día se conoce de la época para las armas y ornamentos que utilizaban. Trabajaron el oro, el hierro, el bronce, la madera, la piedra, la cerámica y los textiles.
Fue en Céltica donde se originó el esmaltado para la decoración del metal, el cual incluso durante el siglo IIId.C. para las naciones clásicas era bastante extraño. El más alto desarrollo del esmaltado y el arte en general se produjo en Inglaterra, mucho antes de la conquista romana.
Durante la Edad de Oro de la cultura celta, en los siglos V y IVa.C. emprendieron grandes batallas en las que tuvieron gran éxito:
- En el año 500 a.C. conquistaron España a los cartaginenses.
- Al final del siglo IVa.C. conquistaron Panoia que pertenecía a los ilirios.
- En el año 400a.C. conquistaron el norte de Italia que era de los etruscos.
Pero luego de terminar la guerra, hacia el año 391a.C. los romanos traicionaron a los celtas y los atacaron. Los celtas, reconociendo que inicialmente tenían una alianza con los romanos, procuraron negociar pero no fueron escuchados.
Fue así que los celtas, bien organizados, se dirigieron a Roma. Durante su viaje no realizaron ningún ataque real indiscriminado, ni asaltaron las ciudades que estaban a su paso, sino que proseguían, pues su objetivo era llegar hasta Roma.
Ya en Allia, el 18 de julio de 390a.C. tuvieron una gran batalla; tres días más tarde se encontraron finalmente en Roma donde, por casi un año, permanecieron como jefes de la ciudad hasta que la multa fue saldada por los romanos.
Desde entonces, celtas y romanos estuvieron en absoluta paz; hasta que algunas tribus celtas se aliaron con los etruscos y atacaron a los romanos; por desventura esta situación coincide con la caída y desaparición del pueblo celta en gran parte de Europa.
Todas estas guerras fueron emprendidas en alianza con los griegos, con quienes los celtas tenían buenas relaciones, pues ambos bandos se encontraban aliados contra los fenicios y los persas. Desde el rey de Macedonia Amintas II hasta llegar a Alejandro Magno, una y otra vez su alianza fue reconocida.
Incluso, en la época de Alejandro Magno la alianza entre celtas y griegos fue mucho más fuerte. Alejandro para asegurar que los celtas no invadirían sus tierras hizo un pacto con aquellos que habitaban el golfo Jónico y así poder ir tras tierras Asiáticas.
Relata la historia que luego de que los mensajeros celtas estuvieron bebiendo con el Rey, éste les preguntó de qué tenían miedo los celtas, a lo que ellos respondieron:
“No tenemos miedo de ningún hombre; pero hay una sola cosa que nos aterra y es que el cielo caiga sobre nuestras cabezas; pero nosotros no tenemos en cuenta nada más que la amistad de un hombre como vos”.
Estas palabras hacían referencia al juramento nacional que se hacía en Céltica y que perduró durante más de mil años y decía:
“El cielo está encima de nosotros, la tierra a nuestros pies y el mar a nuestro alrededor. A no ser que el cielo baje con su lluvia de estrellas al suelo donde hemos acampado, que la tierra sea sacudida por un terremoto y que las olas del mar azul vayan a parar a los bosques del mundo viviente, nosotros no daremos terreno.”
Caída de los celtas
- En el año 300a. C. los celtas perdieron su propósito común y su cohesión política. Por esta razón algunas de sus tribus fueron hasta el sur, este y oeste de sus tierras. Algunos llegaron a Grecia y saquearon el templo de Delphi (273a.C.); otros volvieron a atacar Roma (295 y 283a.C.); pero fueron aniquilados por los romanos.
- Otros llegaron hasta Asia Menor y fundaron el Estado celta de Galatia donde en el siglo IVd.C. aún se hablaba un dialecto celta.
- Otros se alistaron como tropas de mercenarios en Cartago.
- Y por demás, se declaró la guerra entre tribus celtas contra otras tribus celtas, así como también contra los Germanos (Celtas y Germanos compartían las mismas tierras; sin embargo, los Germanos no eran tribus libres sino que se encontraban bajo el dominio político y económico de los celtas; pero mantenían su lenguaje y religión germanas).
Sólo Irlanda se salvó de ser subyugada por los romanos y mantuvo su independencia hasta el final del siglo XIIId.C., y es por esta razón que Irlanda es el punto de interés para poder seguir conociendo a los celtas.
Otras causas de la caída del imperio celta fueron:
- El alto grado de patriotismo de las culturas clásicas (griegos y romanos), pues para éstos la patria y sus leyes estaban por encima de cualquier cosa. Lo que los llevó a un estado de cohesión bastante alto. Mientras los celtas entregaban su lealtad a un líder, al jefe de cada tribu.
- El alto grado de superstición con el que manejaban el poder los druidas. Lo que los llevaba a no tener un progreso nacional verdadero.
Mas la caída del pueblo celta no empaña el legado que han dejado a Europa y al mundo.
Como bien se sabe, Irlanda logró mantener su independencia hasta el siglo XIIId.C. Este país, entre el año 500 al 900d.C.se convirtió en la cuna y el refugio del conocimiento y el origen de la cultura literaria y filosófica de media Europa.
La poesía celta jugó un papel importante en el establecimiento de la estructura de todo el verso moderno, aunque en realidad no crearon ningún trabajo literario.
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